Querido corazón sin nombre,
He descubierto que voy
dando palos de ciego porque no soy capaz de encontrarte. Y que escribir mil
veces tu nombre en las paredes ya no me sirve de nada. No me va a devolver el
tacto de tu cuerpo junto al mío ni tus ojos
penetrando en mi conciencia.
Y si descubro que ya no
estás más, que ya no eres más. Que tus susurros no sirvieron de nada para calmar mi sed. Tus
manos ya no descubren los defectos que mi corazón esconde. Y tus pies
ya no caminan sobre mis huellas.
Pues ahora dedicas tus
delirios a otra sombra que no es la mía.
Que ya pasó el tiempo de mis prisas
y tus miedos.
Aunque mis dedos sigan
echándote de menos.
Con
más amor del que soy capaz de soportar.
Elai
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